Por Nora Primo (Diseñadora de Arte)
El arte se va adaptando a sus tiempos. Se dice que en los ochentas y los noventas las productoras consideraban que tener a una mujer como protagonista era una pérdida de dinero. Los espectadores de esos años preferían a los hombres como protagonistas. Las películas de acción, comedia y romance giraban en torno a un protagonista: él, como héroe; él, como valiente; él construye su sueño americano; él, honorable… y duro de matar. Predominaba un lenguaje guiado por los hombres, actuado por los hombres, dirigido, escrito, producido por ellos.
En ese contexto era un tanto difícil la participación de directoras, escritoras o productoras mujeres; pero, por fortuna, dejaron huella aquellas que fueron abriendo camino de a pocos. Aunque es cierto no fueron tantas, sí marcaron su participación y muchas tuvimos la suerte de crecer viendo algunas de sus producciones. Recuerdo películas que me divirtieron y, en cierta forma, me identificaron porque, después de todo, hablaban mi lenguaje, señalaban un punto de vista que me era familiar, podía reconocer, en sutiles detalles, la voz de una mujer. Estas películas me regalaron, en algunos casos, la imagen de una mujer verosímil con los mismos problemas que cualquier persona, de pronto, incluso, sin importar el género.
Uno de los primeros nombres que se me viene a la cabeza es el de la directora, productora y guionista, Nancy Meyer, un gran ejemplo de lo que me refiero. Su género es la comedia y, a través ella, suele presentar personajes femeninos maduros, independientes y fuertes, como es el caso de JC Wait (Diane Keaton) en la película ¿Quién llamó a la cigüeña? (1987). Previo a esta película Meyer ya había co escrito y co producido la película, La pícara recluta (Private Benjamin), en 1980. Meyer cuenta en una entrevista que esta película fue rechazada por todos los productores de la época, nadie quería poner dinero en una película que contaba la historia de una mujer que tras enviudar en su noche de bodas, decidió unirse al ejército. Finalmente, fue Goldie Hawn, la actriz protagonista de esta película, fue la que puso parte del dinero para la realización.
En sus películas, Meyer nos presenta a personajes como Darcy McGuire (Helen Hunt), una genia de la publicidad quien es nombrada Directora Creativa en una de las empresas más importantes de publicidad, quitándole así el puesto a Nick Marshall (Mel Gibson), quien es un típico macho sexista, quien por algún accidente empieza a escuchar los pensamientos de las mujeres en la película Lo que ellas quieren. También vale mencionar al personaje Jane (Meryl Streep) en la película Enamorándome de mi ex, una mujer madre de tres hijos ya adultos y propietaria de un restaurante de Santa Bárbara, Estados Unidos, quien, después de muchos años, se ve enredada en un romance con su exmarido quien está casado con otra persona. Al final todo toma su rumbo normal, entendiendo que hasta la mujer más sólida, estable y resuelta se complica, pero como toda mujer madura, encuentra eventualmente su camino a la calma. Después de todo, no somos perfectas y nada en la vida es plano.
Sin duda uno de mis personajes favoritos es Erica Barry (Diane Keaton) en la película, Alguien tiene que ceder, ella es una exitosa escritora americana, quien ha logrado construir su vida por ella misma, tiene a su lado a una hermosa hija y además una casa en Hampton. Esta película es elegante, entretenida, sutil, femenina y graciosa, llena de líneas acertadas para un personaje tan inteligente y sofisticado como se supone que es Erica Barry.
En un momento de la película, Keanu Reeves, enamorado de ella, termina de leer la nueva obra que Erica ha escrito, entonces voltea y le dice: “¿Que tan bueno para ti es que no me intimide con tu brillantez?”. Una línea que nace, más bien, de la pluma y el deseo de una mujer independiente, lograda. Una mujer de ese tipo no necesita todo el tiempo, frases cursis donde es rescatada. Una mujer de esa categoría es también susceptible al amor, pero de una manera diferente, en donde él, la respete y la admire como igual. No es una línea que pudo haber sido escrita por un hombre. O tal vez sí, pero es más probable que la cabeza de una mujer sea entendida por otra mujer.
Volviendo al tono de esta nota y para reforzar la idea, por esos mismos años, tenemos a Nora Ephron quien también cuenta con una colección de cifras interesantes, además de premios y reconocimientos. Sus películas, entre ellas una de mis preferidas, Sintonía de amor, han recaudado entre 100 y 200 millones de dólares, cada una a nivel mundial.
A pesar de las adversidades Nora Ephron, pudo encontrar su voz y crear películas ingeniosas con un tono de romance sutil, tímido y tierno. Sus protagonistas no son rescatadas. En Sintonía de amor, es ella la que toma la iniciativa de viajar a Seattle para conocer al hombre que ella cree que tiene que conocer. Sintonía de amor es una comedia romántica clásica, que apela al romanticismo de los años dorados de Hollywood (An Affair to Remember, 1957) y que tiene como detalle ser una de las pocas películas de amor que no cuenta con una escena de beso: el enamoramiento no va de la mano con el contacto físico, y esto es muy femenino. Algo parecido pasa en la película Tienes un email, y en la película Cuando Harry conoció a Sally. Todo un clásico de comedias románticas.
En los noventa, en Hollywood, brillan nombres como los de Susannah Grant, guionista de Erin Brockovich, 28 días, Por siempre jamás. Artistas como Emma Thompson, quien en 1996 ganó el Oscar a mejor guión adaptado por la película Sensatez y Sentimientos. Los noventa tienen a June Roberts, guionista de la película Sirenas. Penny Marshall, directora de Quisiera ser grande. Eleanor Bergstein, la escritora de la controvertida película Dirty Dancing.
Además del invaluable guion de Callie Khouri, que marcó un hito en la historia del cine con Thelma & Louise, que también ganó un Oscar a mejor guion original. Película de la que hablaré más adelante, pero que en esta nota solo menciono.
Estas mujeres valiosas ayudaron a desarrollar una voz en un mercado que parecía expropiado por el punto de vista masculino. Hoy en día existen productoras como Hello Sunshine, entre otras dedicadas a producir películas con protagonistas mujeres. Además de nuevas plataformas que facilitan la difusión de estas. Películas con historias originales de mujeres reales: juezas, astronautas, líderes sindicales, princesas, delincuentes, ricas, pobres, migrantes, ambiciosas, científicas, apostadoras. Mostrando nuestra complejidad y que la mujer no solo cumple el rol de inocente, buena o de novia, que hay una variedad de personajes que merecen ser explotados. Y no se equivoquen, porque nadie está pidiendo colaboración acá, la franquicia Los juegos de hambre recaudó a nivel mundial 2.2 billones de dólares.
La participación cada vez mayor en el cine de las mujeres es necesaria, si se busca reforzar nuestra voz y la posición que estamos buscando en la sociedad, no importa si se habla de un cine denominado como comercial o un cine autor.
Tenemos en la actualidad varias directoras y guionistas premiadas, como Greta Gerwig, directora y escritora de Lady Bird y Mujercitas. Lulu Wang, premiada por su opera prima The farewell. Lorene Scafaria, Kasi Lemmons, Emily V. Gordon, Marielle Heller, Sofia Coppola entre otras. Muy importante mencionar a Ava Du Vernay, primera directora afroamericana en recibir nominaciones en los premios de la academia y la primera mujer en recibir un presupuesto de 100 millones de dólares de la poderosa Disney para la realización la película Un viaje en el tiempo.
Cada una de ellas cuenta con un punto de vista distinto y con estilos diferentes, pero en conjunto, están logrado representar a ciertas mujeres de hoy en día, con características más cercanas – si se quiere más comunes, pero igual de válidas – con esta generación o al menos lo que se presupone de esta generación. Lo importante es que – a su modo – señalan una perspectiva desde donde la voz de la mujer suene más a una mujer que a la del deseo de un hombre.
Las necesidades y las voces polifacéticas de una mujer son mejor representadas por quienes tal vez las entienden y pueden materializar esas ideas en imágenes.