PORQUE UN DIA
LAS COSAS TERMINAN, EXACTAMENTE
CUANDO OTRAS VAN A COMENZAR
Estas páginas tenían el propósito de hablar de literatura, así como de otras artes. Claro que, por lógica consecuencia, se iba a hablar de toda la cosa cultural que viene adherida inevitablemente al arte. Pero, principalmente, se iba ha hablar de literatura.
Ahora sucede que quien escribe también vive el ajetreo diario y seguramente se mete en tantos líos como cualquier homínido.
Pues bien, alguien se picó por la sutileza irónica de una de mis Crónicas de la Ciudad. Se sintió aludido, mordido y, desde su posición de ganador y poderoso no lo aceptó. Entonces, claro, soltó a sus piratas de la cibernética para anular esta página y las demás que manejo desde la zona del escribidor.
No era para tanto, sabes. Si bien hay gente que usa la literatura para cosas menudas, no lo somos todos. En la mayoría de los casos – te explico – los escritores escarbamos dentro de nuestros demonios interiores, estamos atentos la borrasca de cosas que nos suceden o que suceden en nuestro entorno y de ella componemos nuestras historias sin otro compromiso que la verosimilitud de nuestro relato. Ahora bien, en el camino a veces recomponemos todo, o no tanto; lo distorsionamos o hacemos que parezca verdad; pero eso ya no es cuestión de qué parte fue verdad o qué parte ficción; es una nueva verdad que se solaza en el espacio único y fabuloso de la palabra. Aprende. No todo es como lo supones desde tu estrecho espacio de vida envilecido por hacer dinero y joder vidas ajenas para llenar tu reseca existencia.
En todo caso, no creo que valga la pena que te preocupes por la insignificancia de esta página, ni por el efecto que pueda tener la literatura, ni este escritor en tu futura vida de hombre adinerado. Cada quien con lo suyo y a lo suyo. Para mí, el camino que he elegido está bien y responde a las espectativas que tengo para mi tiempo en esta tierra. ¿Tú? ¿Seguro?
Eso sí lamentaré, siempre , que en mi camino se hayan alejado ilusiones que parecían posibles, pero eso ciertamente no es tu culpa. Cada quien es responsable de lo que hace o no hace.
Si te molestó la Crónica, resígnate. Piensa esto, cuando gires algunos cheques ahogados de ceros y finalmente consigas lo que buscas, verás que la palabra no te quitó nada concreto. En todo caso, las palabras que te han molestado están ya adheridas en el recodo de tu memoria y contra eso ya nada puedes hacer, sino sobarte con disimulo y firmar inmediatamente otro cheque y hacer otra llamadita de perrito lastimado.
Para todos mis lectores, las más caras disculpas por el alejamiento y por reiniciar este ciclo con este descargo. Las ventajas de tener una página y muchos amigos lectores.
Para que la cosa no sea tan personal. En el blog siguiente encontrarán una primicia sobre la siguiente y esperada novela de Jorge Eduardo Benavides. Un capítulo de ella.