TU SED ES NADA, LA IMAGEN ES TODO
Para que nos mentimos. En este tiempo abrumador, la imagen es una herramienta imprescindible que debe manejarse con la habilidad de un cirujano si se quiere usar con eficiencia lo mediático (esta última palabra tan discutible y hasta antipática).
Sin ir más lejos, cada día en este país somos testigos, ya resignados, de cómo la televisión nos impone un mundo paralelo en donde los personajes que viven y sueñan parecen diseñados a la medida de las necesidades de la imagen perfecta. Y, claro, ya nos hemos casi acostumbrado y ya no es sorpresa que cada día estemos tratando de parecernos a esa otra realidad. La total paradoja.
Entonces, no hay que rasgarse las vestiduras cuando nos enteramos de que en la inauguración de los Juegos Olímpico de Beijing, los organizadores tuvieron que sacrificar la verosimilitud en aras de la perfección. Tal fue el caso de la actuación de Lin Miaoke, la pequeña de 9 años que puso su tierna y encantadora imagen para la hermosa interpretación de «Oda a la madre patria«.
Ahora, mientras ella ponía la imagen, la verdadera intérprete había sido otra pequeña de nombre Yang Peiyi, quien a última hora fue reemplazada por Lin Miaoke, repito, por cuestiones de imagen. Es decir, en palabras del director musical de la ceremonia, Cheng Qigang: «
La razón por la que la pequeña Yang (de siete años) no fue elegida fue porque queríamos proyectar la imagen correcta, estábamos pensando en qué era lo mejor para la nación«. La cara regordeta y dientes poco alineados de Yang Peiyi no fueron considerados apropiados para representar a China en la ceremonia, a pesar de su excepcional canto.
El Comité Organizador consideró la decisión como la más acertada, pues con los rasgos más agradables de Lin Miaoke se buscaba el mayor impacto dramático en el espectador. ¿Seríamos un tanto espesos si preguntáramos qué piensa la pequeña Yang Peiyi de tal decisión? Digo, sin pecar de ingenuos y poco prácticos en cuestiones «
mediáticas«.