25 AÑOS DESPUÉS. Sí, hace 25 años uno de los escritores peruanos más importantes se fue en un suceso trágico. Hoy en El Comercio, David Hidalgo nos cuenta los detalles.
No tenía manera de saberlo, pero ese sería un día de malos presagios climáticos en todo el mundo. Por la mañana, los científicos de la base aeroespacial de Cabo Cañaveral, en Florida, habían cancelado el lanzamiento del transbordador Columbia debido a las inminentes lluvias, nubes cerradas y vientos fuertes en esa región. Horas después, latitudes al sur, un temporal se desbarrancó sobre la ciudad de Huancayo hasta inundar sus calles principales hasta los 30 centímetros de altura. Entre ambos signos del mal agüero, otro cataclismo llegó de arriba: un avión salió de París para perderse segundos antes de aterrizar sobre Madrid. No tenía manera de saberlo cuando subió a ese Boeing 747. El narrador que era tomó vuelo hacia una escena final. El poeta que era se embarcó hacia el silencio.
De modo que la última semana de noviembre de 1983 empezó en lunes de luto. «No en Rancas, sino en Barajas, a escasos kilómetros de Madrid, redoblan las campanas por Manuel Scorza», indicó la portada de El Comercio en un intento de barnizar de solemnidad la tragedia. El avión de la compañía Avianca había caído en la localidad de Mejorada del Campo. Los expertos españoles encargados de la investigación dijeron que la nave estaba apenas a 45 segundos de la pista de aterrizaje, a menos de 1.000 pies de altura, cuando perdió el rumbo. El tren de aterrizaje chocó con una loma cercana a la pista. Allí empezó a desintegrarse. «El aparato sufrió un segundo impacto con una loma y en un tercer golpe se estrelló en forma aparatosa, cayendo de morro y dando una vuelta sobre sí mismo para desplomarse con el tren de aterrizaje para arriba», detalló un sobrecogedor cable español.
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