Esta semana, finalmente, se llevará a cabo la ceremonia de premiación del
XII Premio de Novela Corta Julio Ramón Ribeyro organizado por el Banco Central de Reserva del Perú en coordinación con el Grupo Santillana .
Como es de conocimiento de muchos,
Jorge Eduardo Benavides alcanzó este importante premio peruano con la novela titulada
La paz de los vencidos.
Este miércoles 24 de junio a la once de la mañana, en las instalaciones del Banco Central de Reserva en el Centro de Lima se llevará cabo la ceremonia central de premiación. Sinceramente, no es una hora muy conveniente, pero ni modo, así será la cosa.
No obstante, para el día siguiente, jueves 25 a las 8 de la noche en La Ñ de Miraflores, Av Dos de Mayo 22o, el Grupo Santillana ha organizado un reunión más asequible e interesante. En este caso, la presentación de la novela ganadora estará a cargo de los escritores Raúl Tola y nada menos que Alfredo Bryce Echenique. Se da por entendido que asistirán muchos más de los que puedan asistir a las once de la mañana en el Centro de Lima.
La paz de los vencidos es una de las novelas iniciales de Jorge Eduardo Benavides, tal vez de las primeras que esbozó en sus primeros años de estadía en Tenerife, España. Una novela contada en primera persona, que crea la ilusión de estar leyendo una confesión de parte. La obra refleja, en cierto modo, la honda frustración de aquellos que tuvieron que marcharse del país en esos difíciles tiempos vividos entre la insanía terrorista, la debacle económica y la corrupción política más intensa.
Una novela planteada de una manera diferente, por ejemplo, a
Los años inútiles, la novela que lo consagró como un escritor importante de la literatura peruana contemporánea.
La paz de los vencidos, no es parte de la trilogía de novelas políticas:
Los años inútiles,
El año que rompí contigo y
Un millón de soles. Es una novela que, en apariencia no pretende indagar en los entresijos de la política peruana, sino, más bien, se adentra en la urdimbre personal de quienes tuvieron que sufrir aquellos tiempos casi apocalípticos tanto desde dentro del país, como desde la soledad de otra tierra en la que había que adaptarse casi como un desterrado.
Quedan invitados todos a compartir una noche de buena conversación literaria y de sincera alegría con escritor que, indiscutiblemente, se consolida cada vez más como tal.