Que yo recuerde, la lectura de la novela «
El mundo es ancho y ajeno» de Ciro Alegría era de carácter obligatorio en algún año del ciclo escolar. Recuerdo, también, que su lectura resultaba insufrible para muchos de mis compañeros de aula. Tengo memoria de haber ganado algunas monedas y hasta el titularato en una selección de fútbol escolar por haberle preparado un resumen de la obra al capitán del equipo.
No solo era que la lectura en general les causara una severa alergia a mis compañeros de salón, también contaba el hecho de que el mundo andino presentado por Alegría era un mundo totalmente ajeno para nosotros. El Fiero Vásquez, Benito Castro no eran como los héroes que aparecían en las películas de vaqueros con las que pasábamos las tardes en los cines de barrio con función continuada.
En mi caso, mi verdadero encuentro con Alegría fue cuando ya la literatura se había inoculado en mi sangre y buscaba propuestas narrativas de todo calibre. Alegría tenía la habilidad de juguetear con las palabras y se regodeaba en ella impregnándole un aire poético a veces casi rimbombante, por lo menos eso me pareció a mí. La heroificación de sus personajes (campesinos explotados mayormente) francamente me impactó en una primera lectura. Tal vez, luego ya me parecieron excesivamente arquetipados. Probablemente, en mi caso, la narrativa de
José María Arguedas me había señalado ya una manera de entender el
Indigenismo.
No obstante, la obra de Ciro Alegría ha merecido los suficientes elogios como para permanecer en la memoria literaria del Perú. Precisamente, esta semana se recuerda su nacimiento un cuatro de noviembre de 1904.
Nació en el pueblo de Marcabal, en Huamachuco. Su principal novela, El mundo es ancho y ajeno, ha sido traducida a 48 idiomas y publicada en 70 países.
Escrita cuando tenía 31 años, en el exilio, tuberculoso y sin trabajo fijo, El mundo es ancho y ajeno es la obra más importante de Ciro Alegría, y, a juicio de muchos, la mayor novela peruana de todos los tiempos. Con ella ganó el Premio Latinoamericano de Novela Farrar & Rinehart (1941), en Nueva York, con un jurado presidido por John Dos Passos.
Traducida y publicada en 48 idiomas y en 70 países, es la novela peruana más difundida en lengua castellana. Publicada por 20 editoriales españolas y desde los años 60, cuando salió por primera vez en el Perú, con una tirada de 100 mil ejemplares para un festival del libro, nunca ha dejado de reimprimirse en la patria de Vallejo, que fue maestro de Alegría, cuando éste era niño.
Brillante desde el título, El mundo es ancho y ajeno, ocurre en una comunidad de la sierra del norte del Perú, convulsionada por la resistencia de sus habitantes y su sabio alcalde a la expoliación de los gamonales, el holocausto y la emigración de las víctimas.
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